Por REDACCION
Los primeros bocinazos se escucharon cuando el pitazo final del turco Caneyt Cakir se apiadó del sufrimiento de los más de cuarenta millones de argentinos, que recién entonces pudieron respirar con tranquilidad y dar rienda suelta a los festejos.
Seguramente, en diferentes rincones del mundo, nuestros compatriotas habrán seguido con la misma angustia los interminables minutos que separaron al gol logrado por Marcos Rojo de los más de 49' que se jugaron en un encuentro de altísimo voltaje emocional.
Argentina, que llegó con opciones a esta última fecha, vaya paradoja, gracias a una victoria de Nigeria en su encuentro previo frente a Islandia, sacó a relucir, cuando más lo necesitaba, las reservas anímicas que no había mostrado en sus deslucidas actuaciones previas.
Una definición exquisita de Lionel Messi y un gol extremo de Marcos Rojo, le otorgaron al bicampeón del mundo una chance en la que no muchos creían por sus magras prestaciones ante Islandia y Croacia.
¿Era impensado que Argentina quedara prematuramente marginada de la Copa del Mundo? En absoluto. Pero cuando un equipo dispone de una bala de plata, nunca hay que descartarlo. Y ayer lo tuvo a "Lio" para encender la ilusión y al héroe de San Petersburgo, el optimista del área, Rojo, que terminó definiendo como el mejor delantero el preciso centro de Gabriel Mercado para que todos desatemos el inigualable y alocado festejo de los Mundiales. VHF.
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