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Notas de Opinión Martes 2 de Febrero de 2021

Agro: puede ser un mejor año para las exportaciones

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REDACCION

Por REDACCION

Por Pablo Adreani (*)


BUENOS AIRES, 2 (Especial para NA). - En un reciente informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario se describe el comportamiento de las exportaciones de granos, incluyendo cereales, granos forrajeros y oleaginosos, durante la campaña 2020, y su comparativo histórico.

La Argentina embarcó el año pasado un total de 56,5 millones de toneladas, un 6% menos que en 2019.

Tan solo un año atrás se llegó al récord de embarques por un total de 59 millones de toneladas.

Sin embargo, hay que recordar que durante diciembre del 2020 los puertos de la Argentina fueron paralizados por una huelga del gremio de portuarios, que los dejaron inoperativos durante 15 a 20 días.

De no ser por esta huelga, es muy probable que la Argentina podría haber llegado al récord de exportaciones.

Dos productos se destacaron durante 2020: uno el maíz, con un volumen récord de exportaciones de 36 millones de toneladas.

Y el otro fue el sorgo, con exportaciones por 629 mil toneladas, con un aumento del 43% con respecto al 2019, pero todavía por debajo del récord de 1,062 millones de toneladas exportadas durante 2015.

La soja ha sido la gran perdedora con exportaciones por 6,6 millones de toneladas, con una caída del 30% con respecto al 2019, con ventas externas por 9,45 millones de toneladas.

Las exportaciones de aceite de soja y harina de soja se han comportado en forma opuesta en función de la firme demanda de aceites a nivel mundial, y la caída en la competitividad argentina en las exportaciones de harina de soja.

Las exportaciones de aceite de soja en el período enero - noviembre 2020 llegaron a un total de 5,23 millones de toneladas, mientras que durante todo el 2019 se exportaron 5,33 millones de toneladas.

Es muy posible que las exportaciones de aceite de soja superen a las del 2019, considerando que el "line-up" de vapores a mitad de diciembre concentraba barcos por 500.000 toneladas de aceite de soja.

En cambio, las exportaciones de harina de soja de enero a noviembre 2020 llegaron a 22,4 millones de toneladas, mientras que en todo el 2019 se exportaron por un total de 27,9 millones.

La diferencia de 5,5 millones de toneladas será imposible de compensar con los embarques de diciembre 2020, ya que los vapores nominados para cargar a mitad de diciembre llegaban solo a 1,8 millones de toneladas.

Podemos concluir que el principal factor que impidió aumentar las exportaciones de harina de soja ha sido la falta de competitividad reflejada en precios muy por encima de los valores de nuestros principales competidores en el negocio global, Estados Unidos y Brasil.

Se debe tener en cuenta que durante buena parte del 2020 la industria aceitera tuvo márgenes muy ajustados y en muchos casos negativos.

En esta campaña 2020-2021, que todavía no ha comenzado, ya se puede vislumbrar la mejora que han tenido los márgenes de molienda de la industria de soja.

Sucede que tanto la harina como el aceite de soja han tenido fuertes subas en sus precios internacionales, motorizados por la mayor demanda de China e India de aceites en general, y una más calma de harina de soja por parte de la Unión Europea.

El mercado mira los U$S 500 la tonelada que volvió a cotizar la soja en Chicago durante esta semana, luego de varios toboganes bajistas durante la semana previa.

Pero bien vale mirar cuánto es lo que el productor argentino recibe cuando vende su soja en la Argentina.

Tomando un precio en el mercado interno para soja disponible de U$S 325 la tonelada sobre el puerto de Rosario, cierre del pasado jueves 28 de enero, le descontamos 20 dólares la tonelada de flete, considerando una distancia a puerto de 250 kilómetros, al productor le queda un precio neto de 305 dólares la tonelada.

Este precio es al dólar oficial, que convertido en pesos nos da una cifra cercana a los $ 26,250 la tonelada.

Pero si convertimos estos pesos al dólar blue, el productor recibe en concepto de dólares genuinos o dólar billete, el equivalente de 170 dólares la tonelada.

Mientras que el productor de Uruguay, Brasil y de Estados Unidos recibe por su soja un precio muy superior a los U$S 400 la tonelada.

Aquí está el principal factor que distorsiona el mercado, la brecha cambiaria de casi el 80% entre el dólar oficial y el blue, que paraliza a los productores y les provoca una gran resistencia a vender.

En la medida que la brecha se achique, vía mayor ritmo de devaluación por parte del Banco Central, el productor se podrá tentar a vender mucha más soja disponible y a futuro.

Hoy el productor hace caja para cubrir compromisos vendiendo trigo y maíz, y reteniendo la soja.

El año pasado, retener soja y no venderla le salió muy bien a los productores, pues el mercado cotizaba a u$s 210 la tonelada en pleno comienzo de la cosecha, y muchos la pudieron vender arriba de los u$s 345 durante el último bimestre del 2020.

Ahora el mercado es totalmente opuesto al de la campaña anterior: la soja disponible cotiza a U$S 325 la tonelada y para abril/mayo se podrá aspirar a U$S 330 la tonelada.

Y el productor sigue con la misma estrategia: vende maíz y trigo, y se queda con la soja como resguardo de valor.

La gran duda y pregunta que todos nos hacemos: ¿y si el precio de la soja baja en lugar de subir a partir del segundo semestre, tal como ocurrió el año pasado?

No será momento de enfriar el corazón, calentar un poco la cabeza, y vender algo de la soja nueva a u$s 330 la tonelada, al menos para tener cubiertos los costos de producción.


(*) Consultor agropecuario.

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