Por REDACCION
Por Ing. Héctor H. Chiapero
Estudiando la historia entendemos que ningún país logro fácilmente que sus ciudadanos tengan un mejor estándar de vida. Guerras fratricidas, avances y retrocesos marcan su derrotero de décadas y siglos de sacrificios para ponerse de acuerdo.
Olvidémonos del pasado glorioso que tuvimos. No perdamos el tiempo en determinar culpables de nuestra decadencia pasada y veamos prácticamente el presente para diseñar un plan real partiendo con lo que tenemos, el estado de pobreza que supimos conseguir.
Tenemos un pueblo atravesado por la grieta, pero ninguna fracción podrá generar el cambio sin un acuerdo de mayorías, por lo tanto, parece imposible pero sin embargo es indispensable un plan para sumar pueblo de ambos lados de la grieta.
Hay que alinearse detrás de una autoridad, que no es más que un acuerdo entre gobernantes y gobernados.
Esa autoridad debe surgir de un gran acuerdo nacional y la justicia debe estar a la altura para evitar desviaciones De lo contrario le entregamos el poder para solucionar nuestros problemas a todo tipo de mafias y caudillos enquistados en todo el sistema. La historia lo demuestra.
Teniendo un acuerdo nacional, un gobierno fuerte consensuado, porque la libertad no regulada se convierta en anarquía, podemos ejecutar el plan.
Nuestro gran problema es no supeditamos a reglas pre acordadas, a las reglas de la democracia. Nuestros ancestros que hicieron la patria grande primero se sometieron a las reglas del deber para recién después reclamar derechos. Primero estaba el honor y el trabajo fecundo y dignificante que da lugar a los frutos, al derecho de crecer y solicitar reivindicaciones. Primero el deber para después reclamar el derecho y no al reverso.
Señores políticos de todos los partidos y señores jueces, si no se imparte justicia y control y si no se unen en un gran plan nacional, seguiremos en caída libre hasta que lo logremos. Ninguna fracción lo podrá hacer sola y les diré por qué: simple, consumimos más bienes que los que generamos.
Ante todo hay que renegociar la deuda, sin quita, solo lograr más plazo para pagar cuando comience el crecimiento. De lo contrario no esperemos ninguna ayuda externa por 20 años, vivir aislados del mundo sabemos que no es posible.
Todos los países limítrofes no tienen inflación, no seamos tan obtusos para nuevamente ponernos a fabricar billetes si respaldo, ya lo probamos mil veces y nos quedamos sin moneda, reservas, créditos externos, inversionistas que quieran radicarse aquí, recortes de sueldos a los empleados privados, aumentarle los impuestos a las empresas privadas que están al límite de la subsistencia, expropiaciones... Todo eso es inviable, imposible, no queda gordura para reducir.
Nos quedan muy pocas cosas en el país para transformar la matriz productiva y no seguir cada vez más pobres y cuidado que podemos ser mucho más pobres todavía.
¿Qué nos queda? Transformar lo improductivo en productivo pero sin poner dinero ya que no lo tenemos y sin sacrificar más a los que no lo merecen.
Tenemos un gasto improductivo de todos los planes sociales, que no producen ningún bien a cambio. Aquí tenemos una oportunidad.
Tenemos muchas personas mal jubiladas por invalidez y otras astucias. Aquí tenemos otra oportunidad.
Tenemos que redactar una ley de prescindibilidad de empleados del estado nacional, provincial y municipal, sueldo tope de $ 200.000 para empleados del Estado y un recorte del 25% de los salarios a todos los empleados públicos, sobre todo los que trabajan 6 horas. Debería acordarse un plan por un período determinado.
Sobran el 50% de los empleados públicos. Aquí tenemos la otra oportunidad. Un plan empalme para que las empresas privadas ocupen a todas personas subsidiadas desocupadas y subocupadas en el estado. El estado les seguirá pagando el subsidio por un período prolongado, pero la empresa debe comprometerse a entregar al mercado productos a precios reducidos o a exportar con esa mano de obra casi gratis. Los que no quieran trabajar tendrán una reducción paulatina de los subsidios para que se decidan a reincorporarse al mundo laboral. Esto solo se logra con una acuerdo con los sindicatos y una modernización de las leyes laborales sin que los buenos empleados pierdan absolutamente nada. Naturalmente que debe complementarse con capacitación y un sinnúmero de consideraciones que exceden este artículo.
Está muy claro: nunca lograremos salir de la pobreza si 8 millones producimos bienes en empresas esquilmadas por los impuestos que expulsan personal en un país de 44 millones de habitantes. Esto es demasiado lógico, solo falta un gran acuerdo nacional de todos los partidos, sindicatos e ideólogos, como algunas veces se logró en la historia de nuestro querido país y que produjo un gran salto de desarrollo y crecimiento como cuando se promulgó la Constitución de 1853 o con la Generación del Ochenta.
Seamos patrióticos, el país nos lo demanda. Acompañemos a los menos corruptos que tengan agallas. Trabajemos juntos en un proyecto a 10 años, la década que viene debe ser la década del despegue ARGENTINO... alguna vez los políticos tendrán que entender que nunca vamos a salir de la pobreza cuando el estado gasta el doble para administrarnos que todos los países vecinos. Muchas veces en la historia se lograron acciones que sonaban a priori utópicas como San Martín con el Ejército de los Andes...
A esta generación ahora le llegó la hora de que hagamos el cambio profundo saliendo del circulo vicioso de cien años de estancamiento.
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