Por Roberto Actis
Después de 3 años en que con los resultados a la vista, definitivamente le fue bastante mal -con indicadores que en mayoría están por debajo de los que había en 2015 y con el mazazo de la caída de la economía 7,5 puntos en el pasado noviembre-, el presidente Macri insiste y machaca que "estamos en el camino correcto". ¿Por qué creerle? En rigor de verdad razones no existen demasiadas, sino todo lo contrario. Formulado este planteo, de no ser ese el camino y continuar desandándolo, ¿qué otra opción existe? Acaso volver a lo de antes con Cristina K. Sus acólitos, entre ellos el ahora avenido gran entusiasta cristinista Juan Grabois -muy cercano al papa Francisco e hijo de Matilde Menéndez, aquella de recordado paso por el PAMI en uno de los mandatos de Menem- declara que ahora Cristina "cambió, mejoró y maduró". Por cierto una definición que más que ayudar a la ex presidenta la perjudica, y mucho. Es que a esta altura, queda bien claro las formas y posturas de CFK, quien cuando más callada se queda, más sube en las encuestas. Pero muy pronto, cuando sea candidata, deberá volver a hablar. Y no sólo eso, sino también tendrá meses muy agitados en la justicia, pues todo lo que vino eludiendo le puede caer de golpe. Aunque con la justicia nunca se sabe.
Una tercera opción a Macri y Cristina no termina de consolidarse, ya que dentro del grupo del peronismo alternativo más de uno está queriendo volver con la ex presidenta, pero todo es cuestión de aguardar un poco, cuando comiencen a expirar los plazos del cronograma electoral.
La cuestión central es la pregunta que domina el escenario al momento de las decisiones. ¿Cuál es el camino? ¿Seguir como ahora o volver a lo anterior? Una disyuntiva realmente difícil, que aunque para algunos sea realmente clara y sencilla de resolver no lo es tanto para otros. Con sólo repasar un poco las encuestas se tiene certeza de la confusión existente. Que Cristina tenga realmente chances de volver a la Casa Rosada luego de su deficiente gobierno -aunque en eso también se equipara con estos años macristas-, pero por sobre todo por la confesa corrupción que cubrió a la Argentina, es insólito. En primer lugar, habla muy mal del gobierno de Macri. Y no sólo eso, también de lo que costará desterrar el sistema clientelista, de los que se acostumbran a no trabajar. Quien opine en contrario con echar un vistazo sobre Venezuela basta y sobra.
El gobierno en tanto busca avanzar con el decreto para recuperar los bienes y valores saqueados por la corrupción, además del narcotráfico, la evasión y cuantos chanchullos andan dando vueltas, que por cierto no son pocos, más bien tupidos. Con esta norma se busca reemplazar el proyecto de ley de extinción de dominio, que anduvo durmiendo en el Senado estos últimos tiempos, donde Pichetto siempre encontró peros para no avanzar, al igual que con el desafuero de Cristina. Que se devuelva lo robado es una consigna con fortísimo respaldo popular, y aún cuando tenga fines electorales, bienvenido sea el decreto si es que en realidad finalmente prospera hasta las últimas consecuencias. ¿Que problema hay que se deba justificar el patrimonio? Quienes no hicieron cosas turbias no deberían tener ninguna clase de problemas. Quienes en cambio en pocos años y sólo con ingresos de la función pública amasaron fortunas dignas de jeques árabes, es verdad, se verán en figurillas para justificarlo, y posiblemente pierdan algunas de sus mansiones, hoteles, departamentos, yates, aviones o autos de lujo. Eso es así. A quienes se oponen al decreto y prefieren que todo siga en manos de los legisladores, les recordamos que ese dinero saqueado al Estado nos pertenece todos nosotros. Fuimos los grandes estafados y lo seguimos siendo al menos hasta ahora.
Usted repase quienes pusieron el grito en el cielo contra el decreto. Es gente que puede estar en alguna lista como candidato, como para tenerlo en cuenta al momento del voto. Es que si no advertimos estas cosas, el supuesto cambio se esfumará como el aire en un puño.
Y para el cierre reservamos una reflexión sobre Venezuela: ¡pobres venezolanos! Dos palabras que lo resumen casi todo. En tanto Maduro que antes hablaba con los pajaritos, ahora dice que viajó al futuro y vio que todo estará bien. Hay un psiquiátrico en su futuro, o quizás barrotes. Mientras otra práctica interesante es ver quiénes aquí siguen apoyando a destajo el régimen dictatorial bolivariano.
Ah, el gobierno acaba de tomar otra vez plata de la ANSES, mejor dicho de los jubilados, para financiar sus gastos. Como vemos, hay cosas que nunca cambian.
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