Por Isabel Costa Espluga
Posible confusión
de la derecha
Por Isabel Costa Espluga (*)
Me sigo preguntando si la derecha será capaz de solucionar los problemas económicos que tiene cualquier país, probablemente sí pero junto a ellos, hay otros problemas que a mi juicio son bastante más importantes.
Haciendo un poco de memoria, nos damos cuenta que algunos sectores de la izquierda, muy influidos por el Marxismo, no han reconocido el fracaso de su ideología y en lugar de rectificar, han ido fijando su atención en otros ámbitos donde poder seguir defendiendo sus teorías.
Viendo que hoy por hoy la lucha de clases ya no tiene sentido, la han trasladado a la lucha de sexos y esto tiene su máxima expresión en la llamada “ideología de género” y la herramienta que se está empleando para su propagación, son las ideas del viejo fundador del partido comunista italiano Antonio Gramsci.
Según esa ideología de género, la masculinidad y la feminidad no estarían determinadas por la biología natural, sino más bien por la cultura. Mientras el término “sexo” hace referencia a la naturaleza e implica dos posibilidades: varón o mujer, el término “género” proviene del campo de la gramática donde se aprecian tres variaciones: masculino, femenino y neutro.
Luego, las diferencias entre varón y mujer no corresponderían a una naturaleza recibida, sino que serían meras construcciones culturales, “fabricadas” según los estereotipos que en cada sociedad se quiera asignar a los sexos.
De acuerdo con esa teoría podría haber hasta seis géneros: heterosexuales masculinos, heterosexuales femeninos, homosexuales masculinos y femeninos, lesbianas y transexuales. Para esta teoría, cualquier actividad sexual resultaría justificable y cada uno podría elegir libremente el tipo de género al que le gustaría pertenecer.
Estas ideas están de rabiosa actualidad tanto en España como en Iberoamérica porque se van infiltrando a través de diversos medios de comunicación hábilmente manejados y mucha gente joven va cayendo en ese engaño. Con esas teorías, la familia no sería más que un estorbo, la maternidad una trampa y la educación de los hijos si los hay, debería ser tutelada por el Estado.
Me sigo preguntando ¿qué hará la derecha con todas esas teorías, ¿será capaz de derogar las leyes que las promueven? Si no lo hace, vamos camino de una nueva dictadura porque la izquierda no dejará de insuflarlas en la sociedad, con tregua pero sin pausa.
(*) Foro Independiente de Opinión
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