Por Juan Carlos Fessia
La trágica historia del colonialismo en el correr del tiempo fue dejando espacios irreconciliables para muchos pueblos, la dominación de los poderosos sobre territorios controlados todavía hoy subsisten con un anacronismo de situaciones que parece a pesar de todas las actuaciones e intentos de paz, no tener fin.
Este es el caso de Palestina ocupada por tropas Británicas desde 1917 (primera guerra mundial). Francia e Inglaterra crearon las actuales fronteras de Siria, Líbano, e Irak.
En la zona que quedó sin asignar por aquella época la denominada Sociedad de Naciones, creó el Mandato Británico de Palestina hasta 1948, fecha en que la ya formada Organización de Naciones Unidad (ONU ), acordó el reparto del Mandato Británico, en dos estados, uno Judío y otro Arabe, aproximadamente iguales en extensión.
Se retiran los británicos, y el pueblo Judío declara su independencia en mayo de 1948, los árabes no aceptan el reparto y le declaran la guerra al nuevo estado Judío, este enfrentamiento da inicio a las luchas que aún hoy persisten con todas las secuelas propias de este tipo de situaciones.
En 1967 Israel ataca a Egipto, Siria y Jordania, evento bélico denominado “La Guerra de los seis días”.
El triunfo Israelita le permitió tomar el control de Cisjordania y Gaza, como así también los Altos del Golán, la península del Sinaí y Jerusalén Este.
Tras los acuerdos de Camp David (EE.UU.), Israel devuelve parte de los territorios conquistados, el Sinaí y la franja de Gaza.
A partir de los acuerdos de Oslo, en los territorios Palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania, se estableció la autoridad Nacional de Palestina, una administración autónoma, reconocida internacionalmente y que tiene el mandato de sentar las bases del futuro Estado Palestino.
Después de años de sostenimiento de los “tiranos del medio oriente” por parte de EE.UU., Inglaterra y Francia, se impulsa “La primavera Arabe” y son derrocados los Gobiernos de Egipto y Libia y con anterioridad los de Afganistán e Irak, este cambio en la geopolítica, tiene un punto crucial Egipto, otrora amigo de Israel y hoy con el nuevo gobierno del Presidente Mohamad Mursi (de la Hermandad Musulmana), se quiebra el equilibrio de paridades.
Hoy Mursi, condena los ataques Israelitas en el área de la Franja de Gaza y los considera “inaceptables”.
Las nuevas democracias en Oriente Medio, están generando un efecto no pensado, los “dictadores” se temían entre ellos, las democracias dan cuerpo a un nuevo nacionalismo y a la unidad árabe.
La realidad de hoy es difícil de pronosticar, a raíz de estos enfrentamientos el Presidente egipcio convoca a una reunión cumbre de los cancilleres de la Liga árabe.
El ejército Israelí y los grupos armados de la Franja de Gaza, generan ataques selectivos y estos a su vez dan lugar a lo que se denomina “daños colaterales” donde inocentes de ambos bandos dejan mártires y secuelas físicas de por vida.
La resistencia Palestina arroja cientos de misiles “Qasan M-75” conocidos como “Fajr-5” de origen Iraní, el ejército Israelí responde con su tecnología de primera generación, la de mejor calidad bélica existente en toda la zona de conflictos, denominada “operación pilar defensivo”
Los cinco grandes lo saben y las elites militares del mundo occidental también, pero el silencio no se quiebra, Israel tiene material bélico nuclear.
La actitud de Israel, fue considerada como “una operación justificada” por parte de su Primer Ministro Benjamín Metanyahu, por su Presidente Simón Pérez y por el Presidente de EE.UU., Barack Obama
La paz es un deseo imaginativo, pero a pesar de todo se debe obtener, Palestina debe lograr su estatus quo de Nación independiente e Israel debería aceptar esta realidad, alejándose todos del horror que significa la guerra. El tiempo dirá.
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