Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Notas de Opinión Domingo 4 de Junio de 2017

Las dos campanas

Leer mas ...

Roberto Actis

Por Roberto Actis

Los tañidos suenan por cierto muy diferentes en estas dos campanas que tenemos en la Argentina, que nunca logran ponerse de acuerdo. Tal vez sea el más fiel exponente de esta grieta tan profunda que nos divide. Es que resulta válido, y más que eso comprensible, que haya criterios distintos, formas diversas de ver tanto las causas como las soluciones para un mismo problema, pero de ahí a caer en exageraciones absurdas, en falsificar datos y confrontar mentira con verdad, o mentira con mentira, se transforma en una situación inaceptable, cuya única finalidad visible es la de confundir, engañar y tratar de obtener algún pequeño pero fugaz rédito para intereses propios, que no son por supuesto los de todos.

Una de las campanas más sonoras nos vino diciendo que los famosos brotes verdes estaban apareciendo, reclamando un poco más de paciencia, y que el empleo se estaba recuperando a razón de unos 10.000 mensuales. Los datos oficiales de marzo dieron cuenta que durante su transcurso se crearon 1.300 nuevos empleos. Insuficientes para descorchar champagne.

Otras que suenan en ambos extremos son las campanas sobre corrupción. Si usted escucha a los involucrados o la legión K de defensores a ultranza, desde Cristina para abajo son todos perseguidos políticos, víctimas de tramas siniestras en las que se mezclan Macri y el partido judicial, aunque de este último nunca se sabe hacia donde apunta con sus disparos. Los hechos en cambio van en sentido contrario, el vice Boudou está siendo juzgado y tiene otros en marcha, la ex presidenta CFK va por su cuarto procesamiento, De Vido apila causas y denuncias pero permanece al margen. Cómo será la cosa que hasta la Bonafini no pudo exceptuarse de esta maraña de corrupción para todos y todas, tal vez haciendo suyo ese caballito de batalla, para cumplirlo al pie de la letra. Bolso López, Jaime, Schiavi, el testaferro Báez y su contador Pérez Gadín están presos, mientras otros muchos están ahí nomás, a un tris de ese mismo destino.

Cristóbal López en cambio, parece haber logrado un escape con otra moratoria para los 8.000 millones que evadió durante los años épicos del kirchnerismo, alejándose de la posibilidad de ir a la cárcel. Pero además, lo extraño es que don Cristóbal es el dueño nada menos que de la organización La Corte, encargada de toda la filmación y archivo de las actividades de Macri como presidente. Increíble pero real, haciendo verdad aquello de todo tiene que ver con todo.

Mientras se sigue escarbando, continúan apareciendo hechos de corrupción cuya pila es tan alta que casi está oscureciendo el sol, muy conveniente para el macrismo por cierto, como para mantenerlo latente y seguir así hasta las elecciones. A falta de buenas propias siempre es útil mostrar las malas del adversario, cosa que la gente no olvide de donde venimos. El caso concreto: los 88 millones -que pueden ser más- que les sustrajeron a los jubilados para financiar el programa 6-7-8, aquél horripilante muestrario montado para denigrar oponentes y hacer de la mentira un eje sobre el cual girar. Casi todos aquellos protagonistas hoy tienen millonarios juicios contra el Estado por haber quedado trunca su participación, añadiendo una falacia más, pues en realidad la que cesó fue la productora de Gvirtz, que se quedó sin la millonada surtida desde el erario público.

Pero tal vez una de las más expresivas muestras de las dos campanas haya sido el reciente cruce entre Kicillof y Marcos Peña en el Congreso. El ex ministro acudió al precio del pan, de la carne y del sachet de leche, en una simplificación poco entendible para quien manejó la macroeconomía; la respuesta de Peña, rebatiendo la distinta visión sobre la economía, pensando a largo plazo y no en el precio de la leche, concluyó con un contundente "lo cierto es que nunca más alguien como usted llegará a conducir la economía en la Argentina". 

La despedida de la canciller Malcorra fue también un episodio grueso, quien al parecer terminó ahora pagando los platos rotos cuando trató de atenuar las críticas contra Venezuela, que eran nada menos que impulsadas por Macri. Claro, en aquél momento Malcorra estaba detrás de la secretaría de Naciones Unidas y trataba de llevarse bien con todos. Por otra parte, dicen que cuando en Cambiemos algún funcionario de rango recibe demasiados elogios, pues que vaya preparando las valijas. Recordar Prat Gay y Melconián, ejemplos muy precisos.

Y una pequeña perlita para el cierre: ¿hasta cuándo deberá reclamarle al juez Casanello que avance en las causas de la ex presidenta? ¿Este magistrado es al que Lanata le decía tortuga? Según como se mire, tal vez esté haciendo muy bien su trabajo.






 

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso