Por Roberto Actis
Algunas veces, con más frecuencia que la deseada, en estos análisis de la actualidad aparecen situaciones que resultan todo un jeroglífico el tratar de comprenderlas, mucho más todavía cuando se intenta explicarlas, o simplemente buscarle orígenes y motivaciones. ¿Cómo entender por ejemplo que a la presidenta Cristina Fernández que recién acaba de arrasar en las elecciones, sean los candidatos que perdieron y que quedaron a sideral distancia, junto a sus economistas, quienes quieran darle consejos de lo que debe hacerse en el país?
Sin embargo, aún siendo el respaldo un elemento trascendente, no es garantía de infalibilidad al momento de tomar decisiones. Y si no recordemos a Menem, y aún peor De la Rúa, que tuvieron amplísimos respaldos. La verdad, es evidente que han aparecido en el escenario muchos elementos nuevos que modifican las condiciones, de manera excluyente la crisis que afecta a casi todo el mundo, y contra la cual no existen blindajes ni nada que evite marginamientos. Hay sí, condiciones diferentes, que exponen a unos más que otros, y dentro de esa perspectiva, por las características de nuestras exportaciones que tienen en los alimentos su componente principal, estamos mejor que otros muchos. Siempre y cuando -toquemos madera- los comodities no reduzcan demasiado sus precios, que ya han tenido algunas bajas considerables. Es que en este caso, y con mirar lo ocurrido algunos años atrás basta y sobra, no siempre es la oferta y la demanda la que determina los valores, si no las grandes corporaciones financieras, aunque son ellas justamente las que en este momento están siendo ajetreadas. De todos modos, también es bueno recordarlo, casi siempre terminan bien paradas.
Aunque sin desechar los remezones de la crisis -la baja de la soja y la pérdida de vigor de Brasil-, los efectos mayores que se han sentido aquí han sido generados por el propio gobierno, dejando a la vista una preocupante impericia para manejar la situación. Es que salir a controlar el dólar del modo que lo hizo, es casi lo mismo que alentar su compra. Y como en nuestro país existen antecedentes de sobra en la materia, se produjo una oleada que profundizó más todavía el problema. Otro tanto sucedió con el anuncio del recorte de subsidios de servicios a bancos, financieras, bingos, casinos e hipódromos, ahorrando 600 millones de pesos. Si bien se remarcó una y otra vez que no se iba a afectar los niveles tarifarios, ni el más férreo defensor del modelo nacional y popular puede llegar a pensar que eso sea realmente así. Los subsidios son insostenibles y engullen unos 80.000 millones de pesos, por lo cual el recorte deberá ser grande. Lo que deje de pagar a las empresas el gobierno, de algún lugar debe salir. ¿Usted que piensa? Seguro, de los consumidores. Aunque el impacto no será el mismo para el interior que para porteños y conurbanenses, ya que en estos últimos se concentra el mayor destino de los subsidios. De todas maneras, poco más poco menos, los efectos será muy duros, confiándose en que se recurra a la gradualidad en su aplicación.
Y como para que la mantengamos siempre presente -.no sea cosa de olvidarla-, la justicia volvió a escena, luego de unos días de cierta quietud. Esta vez, y como para no dejar dudas -tal como en el caso de las armas a Ecuador y Croacia donde exculpó a los 17 acusados con Carlos Menem a la cabeza, aún habiendo traficantes confesos que admitieron haber participado del contrabando-, fueron sobreseídos todos los procesados por Oyarbide en el caso Skanska. Recordemos que también aquí la propia empresa sueca admitió el pago de "comisiones" por 19 millones de pesos, pero al momento de resolver valió nada. Los jueces Ballestero, Farah y Freiler dejaron limpios a todos. Y tal vez podría también recordarse que desde la Asociación Madres de Plaza de Mayo se reclamó que todas las causas en su contra que andan deambulando por juzgados diversos, se unifiquen en el de Oyarbide. Es que allí, algunos expedientes se resuelven con la velocidad de un rayo y siempre en la misma dirección, tal fue el sonado caso del patrimonio presidencial. ¿Será uno de aquellos jueces delivery? Y no hablemos del caso Sobrero, el delegado gremial ferroviario del Partido Obrero que cuando fue detenido, tanto el juez Yalj como el ministro Aníbal Fernández dijeron que había suficientes pruebas para detenerlo por asociación ilícito por la quema de 15 vagones del Sarmiento, y ahora quedó libre por falta de méritos.
A este ritmo, es muy probable que pronto haya algunos otros favorecidos, Jaime por citar a uno. Es que no sorprendería demasiado. Pero no seamos injustos, también hay que destacar la ejemplaridad del fallo contra el piquetero D´Elía, con cuatro días de prisión en suspenso por aquél puñetazo a un ruralista en plena efervescencia del conflicto entre el campo y el gobierno. Sanción que llega tres años después.
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