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Región Domingo 6 de Julio de 2025

Sunchales: la posición del oficialismo

Brenda Torriri fue la responsable de fundamentar lo relativo al pedido de aumento de la UCM.

Agrandar imagen Brenda Torriri y Juan Ignacio Astor, concejales oficialistas.
Brenda Torriri y Juan Ignacio Astor, concejales oficialistas. Crédito: Archivo

SUNCHALES ( De nuestra Agencia).- Tal como lo expresáramos el pedido de aumento de la UCM y un despacho en mayoría de la oposición, impidiéndolo, generó un durísimo debate en el seno del Cuerpo Legislativo local, aquí reproducimos la exposición de Brenda Torriri.

Hoy quiero expresar mi preocupación ante lo que considero una actitud poco responsable por parte de los bloques opositores al negarse a tratar la actualización de la Unidad de Cuenta Municipal (UCM), un tema clave para garantizar la continuidad y calidad de los servicios que reciben los vecinos de Sunchales.

Lo que se solicitó, no es un capricho ni una medida improvisada: se trataba de una actualización del 9%, en línea con la normativa vigente y con el proceso inflacionario de los últimos meses. Esto representa, en promedio, unos $900 en la boleta. Sabemos que nadie quiere pagar más, pero también sabemos que sin recursos actualizados, los servicios se resienten, y eso es una consecuencia que terminan pagando todos los sunchalenses.

Lamentablemente, vemos una postura que se ha vuelto habitual en época electoral y fue lo que hemos manifestado al comienzo de esta gestión con el número de pérdidas históricas del valor de UCM que nunca pudieron recuperarse y que si buscan en los archivos de las sesiones de hace un año atrás, lo venimos manifestando y lo venimos alertando. Una negativa que parece más enfocada en construir un discurso electoral que en acompañar la gestión pública desde una mirada responsable. El concejo no actualizó la UCM para el trimestre Julio, Agosto, Septiembre

¿Última vez que ocurrió? 2023, en el contexto de elecciones. Hoy seguimos en la misma situación. Estamos discutiendo exactamente lo mismo que señalé al inicio de nuestra gestión legislativa, cuando comenzó el debate sobre los valores de la unidad de cuenta municipal. La diferencia es que, en aquel entonces, la decisión demagógica e irresponsable fue tomada por el propio intendente Toselli, mientras que ahora esa misma actitud corresponde a la oposición.

Mientras los precios aumentan, el combustible sube y los costos operativos se disparan, la oposición se niega sistemáticamente a tratar la actualización de la Unidad de Cuenta Municipal (UCM), indispensable para sostener los servicios que todos usamos a diario. Aca dejamos de lado lo que conocemos como el ABL municipal, no es solo alumbrado, barrido y limpieza de la ciudad, hablamos de más de 22 prestaciones esenciales: alumbrado, mantenimiento de calles, cloacas, recolección de residuos, salud, seguridad vial, espacios públicos, programas sociales, apoyo a instituciones como el hospital, los Bomberos y la Cooperadora Policial. Todo eso se financia, en gran parte, con la tasa municipal.

Y esto que hoy vuelvo a plantear ya me lo cuestionó el concejal Dobler allá por el año 2024, en una sesión donde él expresó que, si no se actualizaba la UCM, eso no podía repercutir en gastos como medicación o vivienda, tal a como yo lo había referenciado en su momento. Según sus palabras, eso significa que lo recaudado por la Tasa General de Inmuebles iría todo a una sola bolsa, a Rentas Generales, lo cual —según él— implicaría un problema de ordenamiento presupuestario. Sostuvo además que lo recaudado por tasas debe destinarse exclusivamente a lo que corresponde al gasto de Tasa: es decir, a los servicios.

Por eso, me permito recordarle al concejal el Artículo 1° de la Ordenanza Tributaria Municipal N° 2989/2022, que establece lo siguiente y que lo leeré textual:

CAPITULO I

TASA GENERAL DE INMUEBLES URBANOS

ARTÍCULO 1º.- Hecho Imponible. La Tasa General de Inmuebles es la contraprestación pecuniaria que anualmente debe efectuar al Municipio, el sujeto pasivo por la organización y prestación potencial o efectiva de los servicios de; asistencia pública, alumbrado, barrido, riego, recolección de residuos, arreglo de calles, conservación de plazas, paseos, poda de árboles, red vial municipal, desagües, alcantarillas, realización y conservación de las obras públicas, seguridad urbana, monitoreo por video vigilancia, actividades culturales, educativas, formativas, campañas de salud, asistencia ciudadana y protección de derechos, actividades que son necesarias para la prestación de servicios municipales, así como también, los servicios complementarios y conexos que se presten a la propiedad inmobiliaria.-

Este marco legal otorga a la TGIU un carácter integral, contemplando no solo servicios materiales o mensurables de manera directa, sino también múltiples actividades y acciones que hacen al sostenimiento general de la calidad urbana y la vida comunitaria.

Y me pregunto: ¿Queremos una ciudad con menos salud, menos cultura, menos programas para la infancia, los jóvenes y los adultos mayores? ¿Vamos a permitir que se recorten los derechos que tanto nos costó construir? Como concejales, tenemos la obligación de velar por el buen funcionamiento de la ciudad.

Sin embargo, se decide rechazar sin argumentos, sin propuestas, sin voluntad de diálogo, yo solo leo una oposición irresponsable que elige la confrontación antes que cuidar la ciudad. Su negativa no afecta a una gestión: afecta directamente a los vecinos. Porque sin actualización de tasas, hay menos recursos, y sin recursos, los servicios se deterioran.

Es tiempo de dejar de bloquear por sistema y empezar a construir desde el consenso. Porque gobernar no es decir siempre que no; gobernar es también saber acompañar cuando las decisiones son necesarias, aunque no sean populares.

Quiero que el vecino entienda lo que está pasando, y lo que está pasando no es técnico, no es administrativo, ni mucho menos inocente. Es una decisión política que prioriza el desgaste de una gestión antes que el bienestar de la ciudad. Y los que pagan esa decisión no somos nosotros los concejales, no es el Ejecutivo actual, son los vecinos, los que esperan que se les arregle una calle, los que quieren vivir en una ciudad limpia, iluminada y segura. Negarse a una actualización mínima, necesaria y justificada, es condenar a Sunchales al deterioro. Es elegir el conflicto antes que el trabajo conjunto. Es decirle no a los servicios, no a las soluciones, y no a la gente.

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