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Economía Domingo 9 de Julio de 2023

¿Qué podemos hacer por nuestro país?

Como ciudadanos, tenemos derechos pero también obligaciones, que a veces olvidamos en nuestra vida cotidiana, como la gestión de nuestros residuos o la forma en la que conducimos en las calles de Rafaela.

Guillermo Briggiler

Por Guillermo Briggiler

Para comenzar a forjar una sociedad más madura, sería interesante que cada uno de nosotros nos preguntemos qué podemos hacer por la ciudad y no tanto que esperamos que ella nos brinde. El tránsito y la basura son dos ejemplos icónicos de ello. Se reclama, en forma contundente, por el ordenamiento de los más de cien mil vehículos que circulan por esta Rafaela del 2023 (sí, leyeron bien, cien mil). ¿Por qué no nos cuestionamos también nuestros comportamientos al manejar.
¿Será que necesitamos que alguien nos controle? De esa forma tiramos la pelota afuera, en lugar de vernos parte del problema, culpamos a quien controla. Los partidarios de ciudades más libres queremos menos controles y más posibilidades de tener mini negociaciones en cada esquina entre particulares. Sabemos bien que, si hay un control, este puede ser evadido y después decir que la culpa es de quienes controlan y que lo hacen mal, nunca de quien comete la infracción. Agoramos por menos controles, pero no estamos a la altura de ello cuando vemos que a la tardecita muchos de los conductores de los vehículos que circulan, sin discriminar, motos, bicis, autos o monopatines, van con la cara iluminada producto del uso del celular, lo cual está terminantemente prohibido por ley nacional y ordenanza local. 
Además, aceleramos cuando se ilumina la luz amarilla del semáforo para pasar antes del rojo en una conducta imprudente y no dejamos salir del estacionamiento, aun cuando el mismo que impide salir, está buscando lugar para estacionar.
A la vez que se hace sonar la bocina y no pocas veces la boca, frente a alguien que comete un presunto error, siendo que somos tolerantes y comprensivos, con la misma persona en similares circunstancias, pero diferentes al tránsito.
En cuanto a la basura, exigimos un servicio de recolección de primera y nos enorgullecemos con la disposición que tenemos en la ciudad de los residuos. Por cierto, muchísimo mejor que urbes más grandes, pero en lo individual no podemos dejar de colaborar, sacando las bolsas en días y horario, clasificando y además tirando dentro de cestos en la vía pública y cuando no hay disponible, llevando nuestros desechos a casa para disponer correctamente de los mismos.
Así como nos preguntamos a nosotros, también preguntarles a los múltiples candidatos que se observan sonrientes en carteles en cada rincón de la ciudad, ¿qué pueden ofrecerle a Rafaela, diferentes de otros pretendientes a cargos públicos?
En otras palabras, qué modelo de ciudad quieren para el futuro. Es probable que diferentes personas imaginen distintas ciudades en las próximas décadas, por eso es necesario que sepamos qué es lo que planean antes de votarlos, evitando sorpresas futuras.
De la misma manera que boqueamos pidiendo la baja del gasto público, la que igual entendemos sumamente necesaria, debemos saber la cantidad de secretarías que tenemos en el gobierno municipal de Rafaela, las funciones de los concejales, diferencias de éstos con el Ejecutivo y entre diputados y senadores, etc. Si les preguntamos a algunos candidatos veremos que probablemente no todos lo sepan, pero si nos preguntamos entre nosotros ciudadanos veremos también la falta de formación cívica que poseemos. Acá, probablemente, culpa de un sistema que se beneficia de la ignorancia, ya que, si no sabemos bien qué se vota, se lo terminará haciendo con el corazón, a puro bombo, grito, globo y sentimiento, en lugar de hacerlo sesudamente.
En similar tónica, la misma responsabilidad con la que administramos nuestras finanzas es la que debemos pedir a los gobernantes al momento de manejar las cuentas de todos. Exigir que el Estado deje de ser un padre bobo, que gasta y gasta y luego no puede pagar las cuentas, endeudándonos con cuanto organismo de crédito se atreva a prestarnos y firmando quien sabe que cláusula secreta con un gobierno extranjero que no respeta los derechos de su población y mucho menos los hará con los de la nuestra, nos referimos a la totalitaria China.
Pasan los gobiernos y algunos se financian con privatizaciones de empresas públicas, otros con estatizaciones de fondos, de ahorristas o de jubilaciones, otros se endeudan externa o internamente, mientras que otros simplemente emiten generando inflación. Para quienes todavía dicen que la emisión no genera inflación, les informamos que en lo que va de este gobierno el Índice de Precios al Consumidor supera el 500% y los pasivos monetarios del BCRA, donde está la emisión circulante más la esterilizada vía deuda, alcanzó también el mismo número (500%). A las pruebas nos remitimos.
Lo primero que debe hacerse cuando alguien se hace cargo de un proyecto es ordenar los flujos financieros, cuadrar ingresos con egresos, en el sector privado esto es imprescindible para abordar la sanidad de un proyecto o una empresa en marcha. En las familias, es indispensable para evitar una crisis financiera y en el sector público debería ser una obligación ineludible de los funcionarios y penada por la ley. Es tiempo de elecciones, es tiempo de pensar que podemos darle a nuestra ciudad, provincia o país.

#BuenaSaludFinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler

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