Por REDACCION
La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) difundieron esta semana su Monitor Agroindustrial mensual, que pinta un panorama lapidario para el sector que es el principal aportante de divisas para el país.
“El peor momento de la industria aceitera de soja: la década perdida”, inicia el resumen del documento, en el que confirma en primer término que Argentina perderá este año el mundial de los subproductos de soja, en el que viene siendo campeón hace tres décadas, a raíz de la sequía.
“Baja la participación de la molienda de soja dentro de los países del Mercosur. Cae la participación de Argentina en el comercio mundial de aceite y harina, al nivel más bajo desde 1998. Brasil será el primer exportador mundial de harina de soja, desplazando a la Argentina por primera vez en 30 años”, subraya el reporte.
Por otro lado, ratifica el informe en relación a los pésimos números que mostró la molienda de soja en febrero: con apenas 1,55 millones de toneladas, fue el peor febrero de los últimos 13 años.
El bimestre, en tanto, cerró en 3,44 millones de toneladas, una cifra que solo supera los 2,92 millones del inicio de 2013.
Esto provocó una nueva caída en el índice UCI (Utilización de la Capacidad Instalada), que se redujo del 32% en enero al 26% en febrero. Por ende, la capacidad ociosa creció del 68% al 74%, la peor cifra desde 2016.
Expresado de otro modo, de cada cuatro toneladas que la industria aceitera está en condiciones de procesar, apenas está transformando una. “Estamos en el peor registro de los últimos años”, lamentó la Cámara aceitera.
EL CRUSHING PIERDE TERRENO
Según la Bolsa de Comercio de Rosario, “con la segunda participación más baja en 25 años y más del 60% de la capacidad ociosa de la región, el procesamiento argentino de la soja recorta su peso”.
El procesamiento industrial de la soja en Argentina cerró el 2022 con una baja del 10%. Sin considerar el complejo panorama que se espera para el poroto en la inminente campaña 2022/23, los datos de crush del año pasado profundizan la tendencia bajista de Argentina en la molienda del Mercosur. En este sentido, en 2022 la participación argentina en la industrialización del bloque económico fue la segunda más baja desde 1998.
“Este dato es aún más contundente considerando que hace 25 años el procesamiento de soja en el Mercosur ampliado era apenas el 41% de lo que es hoy. Si bien Bolivia y Paraguay vienen mostrando una tendencia creciente en la última década en la industrialización del poroto, es en Brasil donde debemos explicar el mayor y más sostenido crecimiento de los últimos años”, indicó la BCR.
Más aún, la merma en los volúmenes de molienda deja a la Argentina con una creciente capacidad ociosa. “Siendo el país el de mayor volumen potencial de procesamiento del Mercosur y uno de los más importantes del mundo, en 2022 la industria aceitera trabajó a la mitad de su potencial productivo”, comentaron desde la entidad.
LA OCIOSIDAD QUE PREOCUPA
La ociosidad de la industria argentina duplica a la de Brasil en términos relativos, en buena parte por un volumen insuficiente de materia prima. Esto se explica por la tendencia decreciente en la producción de soja argentina de los últimos años. Y si bien parte de esta caída es compensada con importaciones de soja del Mercosur, los márgenes de procesamiento también son un asunto a tener en cuenta, ya que su bajo nivel actual limita la industrialización de la soja argentina.
En este sentido, “por su importancia industrial y su complejo contexto productivo, en 2022 Argentina fue responsable de más del 60% de la capacidad ociosa de la industria aceitera del Mercosur. La dinámica de los últimos años también explica por qué la capacidad de procesamiento de soja creció en todos los países del Mercosur, menos en Argentina”.
EFICIENCIA Y CAPACIDAD
Sin embargo, Argentina aún mantiene robustos estándares de eficiencia y un tamaño de planta muy superior al promedio del Mercosur. Mientras la media productiva diaria por planta en Argentina supera las 5.300 toneladas, en Brasil se ubica en 2.300 toneladas. Más lejos aún están Paraguay y Bolivia, con promedios en torno a las 850 y 1.300 toneladas, respectivamente. Asimismo, mientras la planta más grande en Argentina puede procesar 30.000 toneladas de soja por día, la más grande Brasil se ubica en 6.500 toneladas.
Este panorama difiere diametralmente de la concentración que se registra en la provincia de Santa Fe, y especialmente en la región del Up River. En este sentido, la provincia explica cerca del 90% del total del procesamiento de soja de la Argentina, una industrialización que se realiza en su amplísima mayoría en las industrias ubicadas a lo largo de los 70 kilómetros del Up River Paraná, entre las localidades de Timbúes y Arroyo Seco, con orientación exportadora.
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