Por REDACCION
Un negocio a cielo abierto está expuesto a varios riesgos y, en país como Argentina, mucho más. La inflación, el dólar y el perfil ideológico del Gobierno de turno quedan de lado cuando el tiempo juega una mala pasada. Aliado o enemigo, según como se porte, el clima definitivamente explica el éxito o el fracaso de una campaña.
El último domingo, la zona fue testigo de un temporal que los modelos agroclimáticos venían anticipando días antes. Los pronósticos anunciaban “lluvias y fuertes vientos”, pero para los productores ubicado entre Villa San José y Saguier, el asunto fue peor. Algunos hablan de tornado y, teniendo en cuenta la magnitud de los daños relevados, bien podría haber sido.
Mariano Bertone y Celeste Zenklusen padecieron la furia de la naturaleza y perdieron mucho. Ambos cuentan con campos en “la Villa”, uno de los distritos más afectados. Por estos días el ánimo no es el ideal, pero si algo caracteriza al sector es la resiliencia.
“Lo que pasé yo fue muy malo, pero recorriendo la zona me he percatado que hay productores que sufrieron peores daños. Es una cosa que no se puede creer”, atinó a comentarle a La Opinión Bertone.
A la hora de evaluar el impacto en el establecimiento, señaló que la soja de primera “podría recuperarse”, pero tendrá que evaluar la situación con sus asesores porque “tenían 30 cm de alto y quedaron en 5”. Al hablar del cultivo de segunda, reconoció que directamente “hay que resembrar” porque el granizo, el viento y el agua, “destrozó todo”.
Según contó, los maíces se llevaron la peor parte. “Quedaron muy dañados en todo lo que es hoja y estamos a la espera de ver qué hacer, una vez que los profesionales nos brinden su diagnóstico”, manifestó.
Para graficar las consecuencias del temporal, Bertone fue contundente: “uno recorre la zona y parece que estamos en un otoño – invierno bien crudo porque no hay nada de verdad. Hay una franja donde los maíces aparecieron todos cortados y no existe un lote de soja y alfalfa en un radio de cinco o seis kilómetros”.
“ES MUY TRISTE, PERO HAY QUE ARRANCAR DE NUEVO”
La Ing. Agr. Celeste Zenklusen también dialogó con este medio sobre lo que vivió el pasado domingo. En su establecimiento familiar, que se dedica hace mucho a la agricultura, el cultivo más afectado fue el maíz de primera, sembrado a principios de septiembre. “Venía con todas las condiciones ambientales para tener un potencial de rendimiento alto, pero por el efecto del granizo el daño fue casi total porque lo único que quedó en pie fue la caña”, describió.
Con este escenario, la profesional admitió que se producirá la muerte de los granos y un grave problema de llenado. “Hablando con colegas y productores se está hablando de una caída del rendimiento de casi el 70% en los lotes afectados”, estimó. Ahora, los maíces dañados serán destinos para reserva forrajera o bien a un consumo inmediato por parte de los animales, pensando en convertir en leche o carne lo poco que ha quedado en pie.
Zenklusen tuvo tiempo para encontrar algo positivo en medio de un presente ingrato. “La ventaja, dentro de todo lo malo, es que estamos en fecha para levantar lo que quedó y hacer un cultivo de segunda, maíz o soja, como para aprovechar la campaña y seguir adelante”, enfatizó. Y expresó: “es la primera vez que me toca tan de cerca una situación así y es muy triste. Al principio es desolador porque se pierde mucha inversión y esfuerzo, pero el productor agropecuario tiene un espíritu tremendo y ahora hay que arrancar de nuevo”.
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