Por REDACCION
En el campo no hay eslabones sueltos, sino por el contrario, todas las partes son piezas clave en el funcionamiento de un sector clave para la economía nacional. Con la campaña gruesa en camino y con buen desarrollo, el clima juega su parte y el Gobierno ya saca cuentas sobre los ingresos por exportaciones. Pero para que los granos lleguen desde cada lote al polo exportador más cercano, se precisa del transporte, un servicio esencial que en pocos días tiene que analizar sus números y cerrar un nuevo acuerdo tarifario que permita una segura prestación de servicios.
“La situación del transporte de carga es muy particular, porque cuando produce se desgasta, e incluso cuando la vida útil de los vehículos se termina, hay que renovarlos y si la caja está vacía no se puede y en definitiva se corre el riesgo de perder el capital de trabajo”, apuntó Vicente Bouvier el titular de la Federación Argentina del Transporte Automotor de Cargas, quien destacó que junto a las entidades vinculadas al sector en toda la provincia e incluyendo a la cámara rafaelina, se solicitó al Gobierno Provincial una reunión para tratar el tema de las tarifas. El motivo es el de poder generar un ajuste tarifario para el transporte de cereales, forrajeras y oleaginosas , “para alcanzar el mayor grado de recuperación que podamos tener en medio de una pugna de precios, de todo lo que nos ha venido consumiendo e insumiendo la inflación”, haciendo referencia a los incrementos de repuestos, neumáticos, combustibles , entre otras variables que hacen que se trabaje en un marco de tarifas muy similar al del año anterior.
“Existe una apatía en el sector del transporte como consecuencia de la pérdida de rentabilidad”, aseguró el dirigente, que señala que se precisa un respaldo para no tener que recurrir al paro de los vehículos, o a la salida del esquema de prestación de servicios para evitar más pérdidas. Pero son alternativas extremas que se prefieren evitar, por eso el 3 de febrero en el Ministerio de la Producción la convocatoria a los transportistas, pero también a las entidades vinculadas a la representación de los productores agropecuarios podría ser la instancia más inmediata de mejora. “Tenemos signadas expectativas de tener un ajuste importante que nos permita poder trabajar en la cosecha que pinta muy bien, por la influencia del clima”, señaló Bouvier, destacando el papel de los productores que son los que primero arriesgan en cada campaña. “Nosotros estamos en el medio, como parte relevante, porque somos los que podemos trasladar la producción hasta el embarque, para que funcione la cadena de la principal actividad productiva del país”.
El martes se hará valer esto en el encuentro en el que se definirán las tarifas que rijan a la cosecha en cuanto al transporte.
Claro que en esto influye el estado de las rutas, en cuanto al deterioro de las unidades. En este sentido, Bouvier evalúa que “la situación vial provincial es deplorable. No alcanzamos a comprender cómo esta provincia, que tiene un amplio sistema de peaje, tan perverso, porque nada le ha dejado a las economías regionales, que tanto ha saqueado los bolsillos de quienes transitamos por las rutas para trabajar, tenga un estado tan tremendo”. Sin bacheos, sin obras nuevas remarcables, el dirigente coincide con la intención de entidades entrerrianas de declarar la emergencia vial en ese territorio, como se debería dar de este lado del río Paraná, según su criterio, sumándose de alguna manera al debate que también tuvo recientemente la provincia de Buenos Aires.
“No contamos con los servicios esenciales para la circulación de todos los ciudadanos y acá estamos sosteniendo para los amigos, los hijos y los entenados un sistema de peaje, tanto en la ruta 70, como en la autopista Santa Fe-Rosario, sin los resultados esperados”, añadió en un contexto en el cual el transporte de cargas paga tasas de red vial en el combustible, en los neumáticos nuevos, en los vehículos cero kilómetro, en impuestos nacionales, en peajes por ventanilla “y a pesar de todo eso andamos galopando en nuestros vehículos, porque los asfaltos son pésimos”, concluyó Bouvier.
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