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Rural Jueves 10 de Diciembre de 2020

LA ELEGIDA DE HOY: AGAPANTUS

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Agrandar imagen IMPOSIBLE QUE DURANTE ESTOS DIAS PASEN DESAPERCIBIDOS, CON SU COLOR AZUL O BLANCO NO DEJAN DE LLAMAR LA ATENCION AÑO TRAS AÑO.
IMPOSIBLE QUE DURANTE ESTOS DIAS PASEN DESAPERCIBIDOS, CON SU COLOR AZUL O BLANCO NO DEJAN DE LLAMAR LA ATENCION AÑO TRAS AÑO.
REDACCION

Por REDACCION

Se trata de una planta herbácea, perennifolia, rizomatosa. Posee un tallo corto que porta varias hojas alargadas, pero lo más llamativo es su umbela de 20 a 30 flores de color violeta brillante o blanco, cada flor, hermafrodita y actinomorfa, de 2,5 a 5 cm de diámetro.


Algo de historia, en el siglo XVII fue introducido en Europa como planta ornamental de exterior proveniente de Africa, por eso en lugares de temperaturas muy bajas hay que protegerlo con enmiendas muy importantes.

Se propaga vegetativamente mediante división mecánica del rizoma; este proceso debe realizarse recién iniciada la primavera o en otoño.

No posee marcadas preferencias edáficas; crece bien en cualquier suelo fértil, húmedo y bien drenado.

Es una de las floraciones más espectaculares del verano y un auténtico regalo para los jardineros pacientes. Y decimos esto porque, aún cumpliendo a rajatabla los cuidados del agapanthus, es una planta que se hace esperar. Desde el momento de plantación hasta que podemos disfrutar de sus macizos de flores pasan, al menos, dos años.

Los cuidados del agapanthus africanus no son complicados. Empecemos diciendo algo importante: es una planta de raíces tuberosas. ¿Por qué mencionamos esto? Sencillo: este detalle hace que se comporte como una planta de bulbos a pesar de no serlo. Es más: si nos proponemos esperar el tiempo que tarda en florecer, tendremos que plantar un bulbo al uso. Y, si bien esto puede parecer secundario, es importante mencionarlo por una razón: los cuidados del agapanthus son tan asumibles como los de cualquier otra planta bulbosa.

Mencionado esto, veamos en detalle los cuidados del agapanthus. Unos que compensan ¡de sobra! con la increíble belleza de su floración.

1- La ubicación, tanto a pleno sol como en semi sombra

El agapanthus es un auténtico amante del sol. Y, sin embargo, puede plantarse también en semisombra. En cualquiera de estas dos ubicaciones, florecerá sin ningún tipo de problema. Una bondad que nos permite jugar con esas zonas de menos sol del jardín, la terraza o el balcón.

2. El suelo, un aspecto crucial en los cuidados del agapanthus

Y si bien es una planta versátil en lo que respecta al lugar de plantado, no lo es tanto cuando hablamos del suelo que demanda. Uno de los cuidados del agapanthus que debemos respetar fielmente es cómo debe ser la composición del sustrato en el que plantemos.

Dado que es una planta de origen africano y con unas raíces específicas, no tolera los encharcamientos. Algo que, por un lado, nos obliga a preparar un buen drenaje. Y, por otro, a hacer una mezcla de 60% de un sustrato fértil y 40% de arena. Un porcentaje especialmente importante si decidimos cultivarlo en macetas.

3. El riego, importante en los meses de floración

Sus necesidades de agua están centradas, sobre todo, en los meses previos a la floración y durante ella. Una pauta que hace que el agapanthus se cultive en muchas ocasiones cerca de estanques. Si, además, vivimos en un clima muy cálido en los meses de verano hemos de ser rigurosos con el riego. La planta necesitará esa humedad para poder mantener sus hojas y sus flores. Pero cuidado: un exceso de agua se manifestará rápidamente con hojas amarillas.

Durante los meses de invierno, es importante no regar la planta. Hacerlo no tiene sentido, ya que se encuentra en reposo invernal. Y no solo eso: regar puede provocar que sus raíces se hielen.

4. El caracol y la babosa, sus mayores enemigos

Curiosamente, hablamos de una planta sumamente resistente a todas las plagas. A todas menos a una, ya que es oscuro objeto de deseo de los caracoles. A pesar de su toxicidad, estas babosas no tienen problema en devorar sus hojas haciéndole perder belleza a la planta e, incluso, amenazando la integridad de la planta.


Evitar la presencia de este tipo de visitantes es fundamental para no ver comprometida a nuestra planta. Si ya hemos detectado su presencia en la planta, nos veremos obligados a usar un producto antilimacos. Pero, dado que prevenir siempre es mejor que curar, lo ideal es tratar el sustrato circundante con tierra de diatomeas. Un producto que no solo ejerce de barrera natural para estos animales sino que, añadido, fertiliza el suelo y mejora la retención del agua de riego.

No cabe duda: los cuidados del agapanthus (que no son muchos ni difíciles) compensan de sobra con su increíble belleza. Y es que su flor, aunque se haga esperar, es un auténtico regalo.

A disfrutar sus bellas flores que ya nos están embelleciendo la ciudad.


María Paula Berta.

mpaulaberta@hotmail.com

3492-662771

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