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Rural Jueves 24 de Marzo de 2022

La voracidad del Estado se profundiza y el agro lo siente con fuerza

Un informe de FADA mostró que la participación estatal en la renta agrícola experimentó un crecimiento importante respecto a la última medición. ¿Cómo impactan en la estructura de costos los cambios en los DEX y la guerra en la región del Mar Negro?

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Crédito: APORTE. El sector agropecuario sigue siendo esa fuente inagotable de recursos que el Gobierno intenta exprimir.
REDACCION

Por REDACCION

La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) publicó su índice trimestral sobre la participación del Estado en la renta agrícola. Con respecto al trimestre pasado, el número creció 1,7 puntos porcentuales (63,2% en diciembre 2021) y arroja una participación de 64,9% para el promedio ponderado por cultivos. “Esto significa que por cada $100 de renta que genera una hectárea, $64,90 se va en impuestos”, explicó la economista de la institución, Nicolle Pisani Claro.
Y agregó: “aún con la importante suba de precios, pesaron más los menores rindes esperados como consecuencia de la sequía, los mayores costos de producción y el atraso del dólar oficial respecto a la inflación, por esto la suba del índice en relación al índice pasado”.
El informe también analiza los cultivos uno por uno y muestra que la participación del Estado en la soja es del 69,9%, maíz 56,1%, trigo 58,5% y girasol 56,2%.
El incremento de la medición está relacionado con los efectos de la sequía, que redujeron los rendimientos de soja, maíz y girasol y la suba de costos. “Al tener rindes menores (menos toneladas por hectárea), la producción es menor, por lo cual hay menos ingresos por hectárea. Esto hace subir el índice por la participación relativa de los impuestos sobre esta renta”, explicó Pisani Claro.
Debe señalarse que los costos de producción también incrementaron su participación. El costo de la cosecha, por ejemplo, se incrementó un 68,4% en pesos en los últimos 12 meses, mientras que el tipo de cambio oficial sólo subió 19,3%. “Esto significa, que el costo de la cosecha se incrementó un 41,2% en dólares, más de lo que subieron los precios internacionales de los granos”, revelaron desde FADA y pusieron el foco en los fletes, que aumentaron un 47,5% en dólares en el último año.
La participación del Estado está compuesta por impuestos nacionales, provinciales y municipales. Los nacionales no coparticipables representan el 68,8% del total que afronta una hectárea agrícola en Argentina. “Es el mayor nivel desde junio de 2019, momento en que FADA lo mide como parte de este informe”, agrega Ariño. Se componen principalmente por los derechos de exportación, a los que se le suma el impuesto a los créditos y débitos bancarios.
Las tributaciones nacionales coparticipables entre Nación y las provincias representan el 25%. Acá tenemos principalmente el impuesto a las ganancias y los saldos técnicos de IVA.
Las provincias reciben parte del 25% como coparticipación, y también recaudan diversos impuestos. Así, los impuestos provinciales representan el 5,6% de los totales.
Los municipales representan el 0,6% de los impuestos en el Índice FADA promedio nacional.

LA FOTO EN LAS PROVINCIAS
En cuanto a los índices provinciales, Córdoba registra un 64,6%, Buenos Aires 62,7%, Santa Fe 62,2%, La Pampa 64,7%, Entre Ríos 68,3% y San Luis 64%.
Los impuestos provinciales presentan divergencias. En todas las provincias analizadas se paga impuesto inmobiliario rural e impuesto a los sellos. En Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa y San Luis se pagan Ingresos Brutos con diferentes alícuotas; y en Córdoba y Santa Fe la actividad está exenta. Buenos Aires y Santa Fe tienen tasas municipales, mientras que La Pampa tiene las guías cerealeras. Córdoba, San Luis y Entre Ríos no tienen imposiciones a nivel local. San Luis y La Pampa tienen impuestos al estilo de aduanas internas.

EL IMPACTO DE LOS DEX
En relación a la suba de los derechos de exportación del 31% al 33% para el aceite y harina de soja, los técnicos reconocieron que impactarán en los números del productor, pero no a través de un incremento de los impuestos, sino mediante un menor precio percibido por la soja.
“Con la suba de la alícuota a los subproductos, la industria tendrá menor poder de compra, por lo que podrá pagar menos por el grano. La baja estimada en el poder de compra es de 15 US$/Tn, con lo cual puede ocurrir que, en promedio, el precio pagado al productor baje alrededor de este número”, señalaron desde la Fundación.

FERTILIZANTES, ¿HABRÁ DESABASTECIMIENTO?
Desde FADA advirtieron un tema que genera preocupación y tienen como protagonistas a los fertilizantes. Según indicaron los expertos, el precio de los compuestos como la urea se incrementó 170% y el PDA 155% en los últimos 15 meses en dólares. Sin embargo, más allá del precio, lo que más inquieta es el abastecimiento debido a la guerra de Rusia y Ucrania, teniendo en cuenta que el país que preside Vladimir Putin es el segundo exportador mundial de fertilizantes nitrogenados.
“La agricultura es muy dependiente de las importaciones de fertilizantes. Esto genera alguna preocupación para la siembra de trigo, que comienza en pocos meses, y la siembra de maíz que comienza a partir de septiembre. Si bien todos los cultivos requieren fertilizantes, estos son los dos que más demandan”, advirtió Ariño. Cabe destacar que, en 2020, Argentina importó el 61% de la oferta doméstica de fertilizantes nitrogenados y el 79% de los fosfatados.

TIPO DE CAMBIO DESFASADO
El informe indica que, en los últimos 12 meses, el incremento nominal del tipo de cambio oficial fue del 19,3%. En términos de tipo de cambio real, descontando los efectos de la inflación, en los últimos 12 meses cayó un 21,2%.
“Esto significa que el tipo de cambio se ha atrasado respecto a la inflación, incrementando los costos de producción al medirlos en dólares, un escenario malo para cualquier actividad exportadora”, afirma Ariño.
Si se analiza la estructura de costos según la moneda en la que están expresados, vemos que un 54% de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados. Si se considera el costo de la tierra alcanza el 65%.
En el caso del maíz, como los fertilizantes y semillas tienen más peso que en el caso de la soja, los costos dolarizados ascienden al 58%. Si se considera el costo de la tierra, el peso de los costos dolarizados asciende al 64%.

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