Por REDACCION
El horno no está para bollos en el sector dirigencial del campo. Falta una chispa para que las entidades convoquen a una protesta, que quedó pendiente desde el 8 de enero en la asamblea de Armstrong. Mientras el Gobierno nacional y las provincias dirimen sus posturas políticas en un juego de poder mediático intrascendente, el productor se enfrenta solo a un nuevo desastre climático en medio de una exagerada presión impositiva, con aumentos de los insumos y una brecha cambiaria que devalúa constantemente lo que produce. Encima los resultados de la campaña gruesa se avizoran magros.
Dentro de este panorama, el Gobierno envía a su Secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, a emitir unas declaraciones que el campo no tomó con mucha simpatía: "La inflación de góndola es una inflación monopólica. Por eso tiene que haber una regulación. Ahora la inflación de productos frescos, trigo, maíz, es internacional. Si no hay un desacople, se van a pagar las galletitas a precio internacional y vamos a terminar comiendo lo que quiere la Mesa de Enlace", disparó el funcionario este lunes.
No es novedad que el Gobierno tiene unas ganas fenomenales de subir las retenciones, pero lo que está colmando la paciencia del sector son estas declaraciones ofensivas e infundadas hacia quienes están en estos momentos sosteniendo las arcas del Estado.
"El Gobierno definitivamente nos considera enemigos. Un enemigo que lo único que hace es producir en soledad. Ahora, cuando empezamos a cosechar, poco o mucho, ahí sí estamos acompañados por el Estado, pero en las malas el socio cobra lo suyo y desaparece", respondió ayer el presidente de Federación Agraria, Carlos Achetoni.
El integrante de la Mesa de Enlace, dijo que no ve muy viable un aumento de las retenciones, “porque no es el mejor año para la producción y sería muy provocador para el productor, cuando los ánimos en el campo no están precisamente preparados para soportar más cargas impositivas”, sin embargo, afirmó: no me sorprendería que lo intenten".
LA RURAL DE RAFAELA, SIN EUFEMISMOS
Desde la entidad rafaelina adherida a CRA, emitieron un comunicado en el que acusan a la clase política de estar en otra sintonía respecto de los problemas y preocupaciones que tiene el sector productivo.
“Cada vez que pensamos un editorial quisiéramos dar buenas noticias, informaciones alentadoras o propuestas para llevar a cabo, pero resulta difícil” –difundió ayer la Rural de Rafaela-. Estamos inmersos en un contexto cada día más complejo, en caída libre, sin horizontes claros y descubriendo dificultades a cada paso”.
Continuó diciendo la Rural: “Los argentinos estamos desmotivados, cansados, deseosos de que nuestros legisladores se involucren con los problemas reales de la sociedad, que afronten investigaciones y propuestas con solvencia, profesionalismo y seriedad. Y a largo plazo!”. Según consideran desde la institución, “somos testigos de campañas políticas costosísimas, con cada vez más involucrados, convertidas a la vez en sanguinarias batallas sin escrúpulos para llegar, para lograr el poder, y cuando llegan a la meta se trata no de resolver sino de echar la culpa a las gestiones anteriores, a la gente que no entiende, a la sociedad que no acompaña. ¿Falta capacidad o sobra individualismo?”.
En conclusión, “seguimos con las nefastas consecuencias de la brecha cambiaria, la inflación desmesurada, el excesivo gasto público, el aumento vergonzoso de la pobreza, la incapacidad para generar trabajo genuino y producir, la presión fiscal y como si eso no fuera suficiente somos socios del Estado en las ganancias y nunca en las desgracias. Basta de buscar chivos expiatorios y culpables. ¡Seamos serios! ¡Tomemos la gestión de nuestro futuro como argentinos con responsabilidad y valores!”, expresó el comunicado.
“DESILUSIONADOS”
Luego, en declaraciones radiales a ADN Rural, la presidente de la institución, Norma Bessone, agregó: “no es un hecho puntual, sino una sumatoria de hechos que no nos dejan avanzar; y no vemos ningún aire esperanzador en el horizonte; estamos profundamente desilusionados con nuestros dirigentes políticos; nosotros tenemos que programar las actividades del año y no conseguimos respuestas que nos den previsibilidad en medio de una situación socioeconómica cada vez más compleja”.
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