Por REDACCION
En poco más de dos meses cayó aproximadamente el promedio anual de agua en nuestra zona y gran parte del sector central del país, lo que ocasionó innumerables inconvenientes. Las explotaciones rurales fueron quizás el sector más golpeado y en algunos casos para agravar una de por sí complicada situación coyuntural o bien para complicar un momento esencial en el ciclo productivo.
Los sectores lecheros se ven muy afectados ya que además arrastran una situación conflictiva desde comienzos de 2015 por la baja del precio.
Estos fenómenos anuncian un reacomodamiento. De acuerdo a una investigación de LA OPINION varios tambos deberán cerrar, otros han enviado las vacas a los establecimientos los vecinos en alquiler hasta que el agua desaparezca para luego esperar el momento de empezar de nuevo. También existe la posibilidad concreta de que varios vayan a remate.
A este panorama se agregan los inconvenientes logísticos. Semanas atrás dábamos cuenta de las gestiones de Atlara (Asociación de Transportistas Lácteos y Afines de la República Argentina) por conseguir mejoras sustanciales en los caminos rurales, tratando de adelantarse a estas tragedias climáticas.
Además de pasar innumerables peripecias para poder llegar a buscar la leche, las complicaciones acarrean mayores costos operativos por mayores roturas y desgastes en los camiones, significando importantes pérdidas para el transporte recolector de leche el que no es tenido en consideración al evaluar las mismas como producto de las inundaciones.
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