Por Rubén A. Armando
** Al amanecer un integrante de una familia rafaelina, se levantó decidido a estudiar y al llegar a una habitación del inmueble se percató de la falta de un teléfono celular, que había sido dejado a fin de que se completara la carga de la batería, y una considerable cantidad de dinero en efectivo.
El ilícito se concretó en una finca sita en un tramo de la calle J. V. González, y en el predio se comprobó que tanto un portón como una puerta estaban abiertos, sin que se observara en dichos accesos muestra de violencia alguna.
** En tanto, un hombre radicado en una vivienda ubicada en la calle Edison, denunció que le habían sustraído su teléfono celular.
De acuerdo a su exposición, el delito se cometió durante la madrugada, y el autor ingresó al inmueble a través de una ventana, que fuera dejada abierta para lograr una adecuada ventilación en el interior del edificio.