Atlético de Rafaela cumplió el gran objetivo. Le volvió a ganar 1-0 a San Martín de Formosa en el Monumental de Alberdi y se consagró campeón de la Reválida del Federal A, logrando el ascenso a la Primera Nacional de la próxima temporada. La Crema cerró la serie con un global de 2-0 y celebró un hecho histórico: por primera vez ascendió en condición de local, ante su gente.
Tras el partido, el entrenador Iván Juárez, visiblemente emocionado, destacó el valor simbólico del logro y la fortaleza construida a lo largo del año.
“Necesitábamos volver. Y gracias a Dios se dio acá, con toda nuestra gente. Es la primera vez en la historia que la institución asciende de local y poder disfrutarlo con la familia, con los hinchas, es algo impagable. Atlético vuelve a los lugares que se merece”, expresó.
Juárez remarcó que el camino no fue sencillo, marcado por la presión constante de la obligación de ascender. “El día a día fue duro, no por adversidades, sino por la exigencia permanente. Creo que el equipo estuvo a la altura. Interpretaron muy bien cada partido, cada situación. Hubo momentos donde se dudó de mi capacidad, pero este grupo respondió siempre”.
Uno de los grandes pilares del ascenso fue la fortaleza en el Monumental. Atlético terminó invicto como local durante toda la temporada y recuperó una mística histórica. “Hace más de diez fechas que no perdemos en casa, estuvimos invictos todo el año acá. Volvimos a recuperar la mística de Atlético de Rafaela: esos primeros minutos donde hay que ganar las series. Y lo logramos”.
En ese sentido, el entrenador explicó una de las claves futbolísticas del equipo: la presión alta y la eficacia. “La cancha es dinámica, corta, de presión constante. Ellos lo entendieron. Robamos muchas pelotas en el medio con los volantes de espaldas del rival y casi siempre terminan en gol. Esa fue una virtud que buscamos desde el primer día”.
Juárez también puso en valor el grupo humano y el sentido de pertenencia que se generó durante el año. “Formamos algo muy lindo con el cuerpo técnico y los jugadores. Da pena pensar que ahora hay que tomar decisiones, porque es un grupo maravilloso, que se entrega al 100%. Voy a intentar sostener una base importante de este plantel, porque se lo merecen”.
El DT no esquivó el recuerdo de la frustración pasada y destacó el crecimiento del equipo tras el golpe sufrido anteriormente. “Lo de San Nicolás fue un tropezón, no un mazazo. A partir de ahí crecimos, empezamos a ganar de visitante, algo muy difícil en esta categoría. Este equipo entendió cuándo jugar, cuándo sufrir y cuándo golpear”.
Sobre la final, fue claro: “No hubo demasiadas situaciones. Todos tienen miedo de perder, es un solo partido. El equipo no jugó como venía jugando, pero tampoco sufrió sobresaltos. En el momento más difícil respondió y logró el ascenso que necesitábamos todos”.
Finalmente, Juárez ubicó este logro entre los más importantes de su carrera y dejó un mensaje hacia el futuro. “Con el corazón en la mano, lo único que pido es que cuidemos todo esto. Yo no fui el único responsable. Perdimos solo dos partidos en nueve fechas. Ojalá que todos, desde el lugar que nos toque, tengamos el compromiso de sostener a Atlético donde tiene que estar. Esto es volver a empezar, pero si pasó, fue por algo”.
Atlético de Rafaela volvió al profesionalismo nacional. Y lo hizo con identidad, convicción y un Monumental que volvió a ser una fortaleza.