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Economía Sábado 19 de Abril de 2025

Economía en Modo Dios

Para el Gobierno nacional, la Semana Santa marcó el cambio del régimen cambiario. Además, ingresó el primer desembolso del FMI por 12.000 millones de dólares y recibió el apoyo del secretario de Estado de EE.UU..

Agrandar imagen RESPALDO. Milei y el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, el lunes en Casa Rosada.
RESPALDO. Milei y el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, el lunes en Casa Rosada. Crédito: FOTO NA

Por Guillermo Briggiler

Parecería que en la Argentina de Milei, los hechos económicos no se anuncian, se revelan. De esa forma, el viernes por la noche, justo antes del Domingo de Ramos que marca el inicio de la Semana Santa, el Gobierno eligió un momento cargado de simbolismo para liberar el tipo de cambio, anunciar el fin del cepo y confirmar un nuevo entendimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Todo, como si se tratara de un acto de fe.

Mientras el país de mayoría católica se disponía a entrar en días de recogimiento y reflexión, el Ministerio de Economía comunicaba el nuevo esquema cambiario: bandas de flotación para el dólar con un piso de $1.000 y un techo de $1.400. Se abría así una etapa de tipo de cambio administrado, pero con márgenes más amplios que el régimen de "crawling peg" que venía funcionando desde diciembre. A la par, se anunciaban mayores libertades para operar en el mercado de cambios y un acuerdo técnico con el FMI que abría la puerta a nuevos desembolsos. A propósito de ello, el martes ingresó el primer adelanto por 12.000 millones de dólares.

La elección del momento fue quirúrgica. Con los anuncios hechos el viernes por la noche, el Gobierno se garantizaba tres días hábiles, lunes, martes y miércoles santo, para medir la reacción de los mercados y, si algo salía mal, tener margen para hacer correcciones antes o durante el feriado largo que comenzó este Jueves Santo. Una jugada que combinó timing político, especulación financiera y cierta mística de oportunidad.

Durante esos tres días, los mercados reaccionaron con una cautela casi religiosa. El dólar oficial se movió dentro de las nuevas bandas -el miércoles cerró por debajo de la cotización del lunes a primera hora, que había sido de $ 1.250 según el Banco Nación-, el blue bajó levemente, y los dólares financieros se estabilizaron. No hubo corrida ni caos. Más bien, una suerte de vigilia cambiaria. Como si el país contuviera la respiración esperando el desenlace de esta "pasión económica".

Con la llegada del Jueves y Viernes Santo, el feriado le puso un paréntesis al sistema financiero. Y ese silencio de mercado jugó a favor del Gobierno, que pudo dejar que las nuevas medidas decantaran sin el vértigo habitual. La estrategia fue clara: aprovechar los días santos no solo para hacer los anuncios, sino también para bajar el ruido y ganar tiempo.

Como una coincidencia afortunada, el mismo día que comenzó el nuevo régimen cambiario, aterrizó en Buenos Aires el influyente secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott K. H. Bessent, quien reafirmó el respaldo de la Casa Blanca "a las audaces reformas económicas del presidente Milei y lo felicitó por las recientes y exitosas negociaciones de Argentina con el FMI", según informó la Embajada norteamericana en un breve comunicado.

El riesgo país, aunque todavía elevado, comenzó a ceder, y los analistas internacionales tomaron nota: el giro pragmático del Gobierno, su acercamiento a Washington y la coordinación con el FMI mostraban una vocación de orden macroeconómico que entusiasma a los inversores, al menos en el corto plazo.

En paralelo, la economía real sigue bajo tensión: la recesión se profundiza, el consumo cae y el ajuste fiscal deja huellas. Pero en el frente financiero, el oficialismo apuesta a que la estabilidad cambiaria se traduzca en una mejora de expectativas hacia mitad de año.

Como dato adicional de una semana especial para el Gobierno, Javier Milei fue elegido por la reconocida revista estadounidense TIME como una de las 100 personas más influyentes del mundo en el año 2025. Ya había alcanzado este reconocimiento en 2024. El Presidente fue incluido dentro de la categoría “Líderes” por el resultado de sus medidas para bajar la inflación y la pobreza en el país.

Y todo esto, en plena Semana Santa. Como si se esperara una resurrección, económica, claro y al tercer día del nuevo orden cambiario.

¿Fe o cálculo? ¿Providencia o estrategia? En la Argentina de 2025, esas líneas se cruzan con frecuencia. Lo cierto es que el Gobierno eligió un momento sagrado para marcar un punto de inflexión. Como si las Fuerzas del Cielo también tuvieran su lugar en la mesa del Fondo.

#BuenaSaludFinanciera

@ElcontadorB

@GuilleBriggiler

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