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Rural Jueves 5 de Marzo de 2015

Medidas paliativas ante la inundación

INSTRUCCIONES DESDE INTA

REDACCION

Por REDACCION

Mediante uno de sus boletines de comunicación el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria ha brindado algunos detalles a tener en cuenta en esta situación de exceso de agua en nuestra zona. Como primera medida ante la coyuntura expone: juntarse con otros productores, solidarizarse entre vecinos y recurrir a las instituciones cercanas para reorganizarse en los campos y los pueblos recuperando las experiencias de otras veces. Luego, apenas las condiciones lo vayan permitiendo, una serie de sugerencias técnicas de manejo pueden ayudarlo a paliar los efectos de la inundación, que dejaron cultivos y tambos bajo el agua.


MANEJO DE SUELOS


Los ascensos del nivel de la napa pueden generar efectos negativos porque limitan la infiltración del agua de lluvia. Además, favorecen los anegamientos totales o parciales de los lotes, impactando en la productividad de los cultivos y las propiedades físico-químicas de los suelos.

Escenarios posibles después del anegamiento en suelos agrícolas del centro de Santa Fe:

-Ambientes anegables con riesgo de falta de piso: cuando la napa está por encima de 40 cm de profundidad los suelos pierden su capacidad de soporte y los vehículos se entierran, produciéndose el atascamiento o “fuellado” de los campos cuando son transitados, en especial con maquinaria pesada como carros, cosechadoras y/o sembradoras.

-Ambientes con moderado riesgo de salinización y anegamiento: cuando la napa se encuentra entre 100 y 150 cm el riesgo de salinización es bajo pero aún persiste el riesgo de que un año húmedo pueda anegar el suelo. Son ambientes en donde puede ocurrir pérdida de piso en alguno de los períodos críticos del cultivo como la siembra o la cosecha, tanto de fina como de gruesa.

-Ambientes con profundidad ideal de napa: cuando la profundidad oscila entre 150 y 250 cm hay mayor posibilidad de aporte hídrico de la napa al cultivo y el riesgo de anegamiento es bajo.

-Ambientes independientes de la napa: cuando la napa está por debajo de los 250 cm no constituye un aporte hídrico importante. El riesgo de salinización y anegamiento es casi nulo. El aporte hídrico al cultivo depende exclusivamente de las precipitaciones y el agua acumulada en el perfil.

¿Qué hacemos? En primer término se deben identificar las áreas problemáticas dentro del lote para evitarlas de ser necesario. Si tenemos que cosechar con los suelos saturados de agua utilizar maquinaria adaptada, hacer un tránsito controlado de la misma y planificar labranzas de descompactación.

Se deben hacer laboreos de emergencia para remover costras (planchado). La remoción puede realizarse con operaciones de labranza secundaria y de pos-emergencia dependiendo del momento en que se produzca el sellado superficial en relación a la implantación del cultivo.

Las labores con rastras doble acción, de dientes, rotativas, puerco espín, tienen el objetivo de romper las costras y generar rugosidad superficial, llevando el suelo húmedo a la superficie favoreciendo el secado del mismo y mejorando la infiltración del agua en el caso de registrarse nuevas lluvias.


MANEJO DE ANIMALES


Se debe contar con un potrero “extra”, si no cuenta con ninguno utilice o sacrifique aquel cuya alfalfa sea más vieja (2-3 años), y que se encuentre en algún sector de los más elevados del campo.

Realizar franjas de pastoreo amplias para no deteriorar el potrero rápidamente con el pisoteo animal, ubicar rollos y arroje silaje de maíz y o sorgo en el suelo debajo de los boyeros laterales de la franja. Esto debe realizarse en un espacio amplio para que no se produzca concentración de animales. Cuando se deteriore el sector, cambiar a una nueva franja rápidamente. Es importante mantener este manejo hasta que mejoren las condiciones, para disminuir al máximo los perjuicios del animal.

Se debe limpiar y en caso de ser necesario hacer más profundas las cunetas, para permitir el escurrimiento del agua y evacuar rápidamente hacia las pendientes naturales del campo. Minimizar la circulación de maquinarias dentro del predio durante los temporales, para disminuir roturas, preservando las áreas de circulación.

Tratar de que los animales permanezcan la mayor cantidad del tiempo en las parcelas de pastoreo para disminuir la concentración de bosta en los corrales y callejones.

En cuanto a la alimentación se debe privilegiar el uso y racionar el pasto para el lote de vacas de punta. Medir bien la pastura que se dará diariamente. En lo posible, moler los rollos (tamaño grande) o desmenuzarlos, para minimizar los desperdicios. Suministrar el grano de maíz o sorgo bien molido, por mitades en cada turno de ordeño.

Las fuentes de proteína adicional son esenciales cuando no hay pasto en la dieta. Se pueden utilizar combinaciones de expellers de oleaginosas (soja, girasol, algodón o maní) con subproductos (sojilla, semilla de algodón, gluten meal, hez de malta), o incluso, poroto de soja. Este último y la sojilla, suministrarlos molidos y no hace falta una cocción previa. En caso de no conseguir estas fuentes es posible suplementar con UREA, consultando previamente con un profesional.

Suministrar vitaminas y minerales que contengan calcio, fósforo, magnesio y las vitaminas A,D,E y K. Esta suplementación es esencial ante ausencia o limitaciones de pasto fresco de buena calidad, sobre todo para las vacas de punta.

La cantidad de silaje ofrecida diariamente debe estar muy bien ajustada. controlar la oferta garantiza prolongar su utilización y permite balancear las dietas.

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