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Economía Viernes 9 de Mayo de 2025

Olor a humedad: el desafío de hacer circular los dólares del colchón y remonetizar la economía

El Gobierno prepara una serie de medidas para estimular que los argentinos usen los dólares que atesoran fuera del sistema financiero.

Agrandar imagen DÓLARES Y COLCHÓN. Una extraña relación solo entendida por los argentinos.
DÓLARES Y COLCHÓN. Una extraña relación solo entendida por los argentinos. Crédito: FOTO ARCHIVO

Por Guillermo Briggiler

Por años, los argentinos aprendieron a desconfiar. Frente a la inflación crónica, corralitos a los depósitos bancarios, la pérdida de poder adquisitivo y la imposibilidad de acceder al mercado de cambios oficial, todos nosotros, desde asalariados, empresarios y jubilados, optaron por una conducta simple pero poderosamente defensiva, ahorrar en dólares. Ya sea para comprar una nueva máquina para la empresa, como para simplemente pasar un fin de semana pescando con los nietos, la mejor manera de combatir la inflación era comprar dólares en el mercado blue y guardar en el colchón, ya que no había acceso al tipo de cambio legal, increíblemente prohibido por los gobernantes de turno, quienes a su vez eran los causantes de la inflación galopante en la que estábamos sumidos.

Esa montaña de billetes guardados fuera del sistema financiero, en cajas de seguridad, casas o incluso invertidos en el exterior, se convirtió en una forma de protección frente a un Estado que durante años no ofreció ni seguridad jurídica ni estabilidad monetaria. Pero ese mecanismo de defensa individual generó una consecuencia estructural: buena parte de esos dólares quedaron atrapados en la informalidad (se “negrearon” siendo esto lo contrario a blanquear dinero y con todo lo malo que esto trae para la economía) con las limitaciones propias a la hora de su uso ante los riesgos de los organismos de control fiscal.

Hoy el gobierno nacional habla de "remonetizar la economía", y con ello se refiere, precisamente, a esto: recuperar la confianza de los ciudadanos para que el dinero, especialmente esos dólares, vuelvan a circular dentro del sistema formal. En otras palabras, busca convencer a los argentinos de que ya no necesitan esconder sus ahorros, y que pueden depositarlos, invertirlos o gastarlos sin temor a perderlos o ser penalizados.

¿Por qué esto es importante? Porque se estima que los argentinos tienen entre 200.000 y 250.000 millones de dólares fuera del circuito económico formal, una cifra que, si se reinyectara aunque sea parcialmente, podría financiar gran parte del desarrollo económico, sin necesidad de emitir más pesos ni tomar deuda externa. Para que tengamos un punto de comparación, las reservas del BCRA son un 15% aproximado de la cifra fuera del mercado.

Sin embargo, no es tan simple. La realidad es que buena parte de esos fondos son hoy dólares “negros” o informales, no por haber sido obtenidos de manera ilegal necesariamente, sino porque se adquirieron en un mercado no autorizado y nunca fueron declarados. Y acá aparece el dilema central: si esos dólares no se blanquean, no sirven para nada más que para seguir escondidos. No pueden invertirse, usarse como garantías ni convertirse en capital productivo sin antes pasar por un proceso de legalización.

Por eso, el gobierno necesita algo más que voluntad política. Debe ofrecer condiciones claras, estables y confiables, que incluyan desde la unificación cambiaria y la baja sostenida de la inflación, hasta la eliminación del cepo y la reducción de impuestos distorsivos como el impuesto a los débitos y créditos bancarios. Solo así se podrá recuperar la moneda, no por decreto, sino por confianza.

Probablemente también se requiera algún tipo de incentivo fiscal o régimen de blanqueo. Una política impopular, pero que ha sido utilizada en otras oportunidades. A nadie le gusta premiar al que actuó por fuera de las normas, pero en este caso no se trata de perdonar delitos, sino de reincorporar recursos que de otra forma seguirán siendo inútiles.

La remonetización, en definitiva, es mucho más que una decisión técnica: es una batalla cultural contra años de desconfianza y supervivencia financiera. Una apuesta difícil, pero necesaria, si se quiere poner en movimiento los capitales que hoy duermen, literalmente, debajo del colchón, quitarles el olor a humedad y que vuelvan a ver la luz del sol y con eso que multipliquen el consumo, la inversión y el empleo.

#BuenaSaludFinanciera

@ElcontardoB

@GuilleBriggiler

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